Ponencia - Logística e
internacionalización.
Freixenet lleva a cabo una estrategia global y
dispone de plataformas propias con el objetivo de cubrir las
diferentes áreas geográficas del planeta. Paralelamente a la
expansión, la empresa ha plantado viñas en California (EE.UU.) y
Querétaro (México), y ha adquirido las cavas Henri Abelé
(Francia). En la actualidad, el grupo Freixenet exporta a más de
130 países del mundo y es la marca de vino espumoso de calidad de
cualquier origen más grande del mundo, champagne incluido.
El profesor Bonet trata de transmitir al
auditorio lo que, hoy por hoy, representa Freixenet en el mundo de
la industria del vino y, por qué no, en la economía española.
Con más de 500 millones de euros de facturación, Freixenet se ha
convertido, sin ninguna duda, en la primera empresa del sector
vitivinícola español, así como en uno de los 10 primeros
grupos del mundo en este mercado. Ocupa, concretamente, el 9º
lugar a nivel mundial, siendo líder en el segmento de cavas
(espumosos con 2ª fermentación en botella).
En lo que respecta al sector de los cavas
a nivel español, Freixenet acapara entre el 60-65% de las ventas
en el mercado nacional y entre el 80-85% de las ventas de
exportación. En ese capítulo, es marca líder en los principales
mercados exteriores, como Alemania o el Reino Unido. Fuera del
sector del cava, Freixenet también produce vinos de diferentes
Denominaciones de Origen, entre ellas Ribera del Duero, Rías
Baixas, Priorat y Penedés, de las que también posee marcas
líderes en algunas de ellas.
En cuanto a la trayectoria de Freixenet,
el profesor Bonet señala que su ascenso se ha debido, en parte,
al incremento en las ventas de las sociedades integradas en el
grupo, pero sobre todo a una política de compras llevada a cabo
en el sector de los vinos de calidad en el exterior. El objetivo
de Freixenet a medio plazo es seguir con la ampliación y mejora
de sus instalaciones en vinos y cavas, sin renunciar a la
política de compras de otras sociedades. El grupo Freixenet
mantiene tres pilares para su desarrollo: internacionalización,
diversificación y aumento de tamaño. Todo ello
para lograr una posición de competitividad entre los principales
grupos del mundo en el sector. Su presencia en el exterior se basa
en casi una veintena de plataformas comerciales en otros tantos
países, donde coloca anualmente entre 70 y 100 millones de
botellas.
Del total de las ventas realizadas por el
grupo en el ejercicio 2000, el 80% correspondió a los cavas,
y solamente el 20% a los vinos tranquilos de calidad. El pasado
año, tras las compras realizadas en los últimos meses, el cava
ha pasado a suponer solamente el 60% de las ventas del grupo,
frente al 40% de los vinos tranquilos. Las operaciones para crecer
en el sector de vinos tranquilos de calidad se han concretado en
la compra de las bodegas Wingara, en Australia, e Yvon
Mau, en Francia. El objetivo de Freixenet es seguir creciendo
con la compra de bodegas en otros países. Y, en España, en
nuevas Denominaciones de Origen.
Otra de las dimensiones de Freixenet que trata
de poner de manifiesto el profesor Bonet es la social. Al margen
de la colaboración con la universidad, quizá fruto de la
vocación universitaria del profesor Bonet, cita el liderazgo
social que ejerce en las zonas de producción vitivinícola,
en las que mantiene una alianza permanente con más de 5.000
viticultores a los que ofrece el mejor precio (aunque también
exige la mayor calidad), así como el reconocimiento social en
todo el país, que lleva a Freixenet a ser una de las 50 empresas
presentes en el Foro de Marcas Renombradas de España.
En cuanto a los orígenes de la empresa,
el profesor Bonet los sitúa tan lejanos como la segunda mitad del
siglo XIX en que la empresa familiar, denominada Casa Sala, hace
negocio exportando vinos a las colonias españolas de América. El
negocio toca a su fin cuando la plaga de la filoxera, por un lado,
arruina las plantaciones de Cataluña; y, por otro, la pérdida de
las colonias, en 1898, acaba con la actividad exportadora. El
negocio debe reconducirse hacia la producción de cava. Son los
primeros años del siglo XX cuando Pere Ferrer junto a su
mujer, Dolors Sala, fundan la primitiva Freixenet. Hasta la
Guerra Civil, la empresa se desarrolla con éxito, pero el
conflicto fratricida arruina a Freixenet y le cuesta la vida al
fundador, Pere Ferrer. Será Dolors Sala quien, acabada la
contienda, acometa la reconstrucción de la empresa con la ayuda
de su hijo, Josep Ferrer Sala, tío del actual presidente.
Josep Ferrer Sala se convierte en director general de Freixenet en
1957. Unos años más tarde, en 1966, su sobrino, José Luis
Bonet Ferrer, se incorpora como director comercial de la
empresa. En 1977 se convierte en director general. Desde su
llegada a la empresa, Freixenet no deja de crecer.
Como éxitos más significativos, el
profesor Bonet reconoce haber dotado a Freixenet de una estructura
comercial moderna, haber lanzado Carta Nevada como producto
estrella y haber invertido en campañas de comunicación que le
han permitido ganar notoriedad y reconocimiento entre el público.
Como factores de éxito que caractericen su gestión, el
profesor Bonet cita la relación calidad-precio del producto
Freixenet, la eficiente organización empresarial creada y la
adecuada estrategia de inversión publicitaria. Todo ello ha
convertido a Freixenet en una marca líder. Para calibrar
su liderazgo, basta con echar un vistazo a la distancia, en
términos de producción, que mantiene con su inmediato seguidor:
nada menos que 180 millones de botellas.